La Espiritualidad Ignaciana fomenta una mayor conciencia de Dios en el mundo y de cómo uno está llamado a vivir. Arraigada en la relación de San Ignacio con Jesús, la espiritualidad ignaciana inspira a las personas a buscar la libertad interior para responder más plenamente a su llamado único y a las necesidades del mundo.
Algunos componentes clave de la Espiritualidad Ignaciana son:
Principio y Fundamento
- Fuimos creados para tener una relación con Dios
- Indiferencia a los materiales y ambiciones terrenales.
- Confía en que Dios obra en todas las situaciones.
- Elija lo que conduce a una profundización de la relación con Dios
Libertad y Desapego
- Libertad de lo que nos impide la plenitud de la vida.
- Libertad para el servicio, el amor, la relación con Dios y toda la creación.
Discernimiento de los Espíritus
- Conciencia de los movimientos interiores e identificación de su origen.
- Elegir el bien mayor entre dos o más “bienes”
- ¿Qué opción conduce a una mayor esperanza, amor, libertad, conexión, vida?
Encontrar a Dios en todas las cosas
- Nada está fuera del alcance de la vida espiritual.
- Dios obra a través de tus pasiones, deseos, dones, alegrías
- Encuentra un significado profundo en el mundo cotidiano que te rodea.
Ser contemplativo en acción
- Reflexión para personas activas comprometidas con el mundo.
- Busca lugares tranquilos de paz y un trabajo desafiante de reconciliación y justicia.
Ad Majorem Dei Gloriam (AMDG) (Para la mayor gloria de Dios)
- Esfuérzate por el Magis = cuanto más, mayor bien, mayor profundidad
- Abraza una nueva forma de ser, amar, vivir
- Anhelando y anhelando lo que está más allá de ti